Existe una gran diferencia entre la cantidad de varones que eligen las carreras de ingeniería con gran naturalidad, que se contrapone con la indecisión o duda de gran parte de mujeres que, sintiendo la vocación en algún momento de su vida, la dejan pasar por motivos no relacionados al deseo de su futura profesión.
¿Cuál es el motivo que hace dudar a niñas y jóvenes mujeres para abrazar esta profesión tan hermosa, importante, prometedora y que tanto se requiere en el país y en el mundo?, nos cuestionamos.
Desde hace algunos años se ha notado una baja en el ingreso a las carreras de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En el país el ingreso de mujeres a las carreras mencionadas es de aproximadamente el 25 % y por lo general se aglutinan en determinadas especialidades. Sabemos que la presencia y el aporte de las mujeres en la Ingeniería y STEM es valiosa para cubrir la demanda de profesionales, para fortalecer equipos de trabajo imprimiendo distintas miradas que se complementan entre sí y de esta forma potenciar la posibilidad de éxito.
La gran pregunta: ¿Por qué hay tan pocas mujeres que estudian carreras de Ingeniería/STEM?
Algunas respuestas un tanto azarosas pero que nos hacen pensar: La influencia del entorno familiar, del ámbito educacional en los primeros años. Existe en el imaginario, que las mujeres no son buenas para las matemáticas e inclusive, que se requieren capacidades especiales para dedicarse a las ciencias exactas, también llamadas Ciencias “duras”. Comentarios adversos: “son carreras pensadas para hombres”, “no es un espacio adecuado para mujeres”.
Por otro lado, no siempre se conocen todas las carreras de Ingeniería y cuál es su salida laboral.
Promociones de carreras de Ingeniería/STEM unidas a figuras masculinas. La ingeniería representada por un hombre con casco o el agregado de la figura femenina, como de compromiso, denotando una tarea menos relevante, es bastante común de observar.
En el ámbito educativo, suele desacreditarse a la mujer que estudia STEM, haciendo referencia que tal vez no sea acertada la carrera elegida, entre chistes y no tanto, indicando que se equivocó de carrera, que no es para mujeres y sugiriendo carreras que en el supuesto son más fáciles.
Estos casos, son casos arraigados en el ambiente y en la sociedad misma, que se toman con naturalidad, generalmente sin prestar mucha atención al malestar que trae aparejado. Es hora de darse cuenta y aclarar las situaciones, para tener una competencia de igualdad. Si bien se notan cambios hacia una paridad conveniente, aún falta más.
Es baja la visibilización de las mujeres en los roles de ingenieras o carreras de STEM, como así también de sus logros y en ocasiones las propias mujeres lo consideran un hecho normal. Hay quienes consideran incompatible la profesión, con la vida social y familiar.
Parte de estos relatos y otros han dado pie para que a principios de 2018, dentro del Consejo Federal de Decanos de Ingeniería de Argentina (CONFEDI), el Ing. Roberto Giordano Lerena y la Ing. María Teresa “Marité” Garibay hayan desarrollado un programa a tal fin, denominado “Mujer en Ingeniería” para finales del mismo año, transformado en “Comisión de Mujer en Ingeniería” (CMI) dado los objetivos, las actividades y el alcance de las tareas a desarrollar. Comisión en la que desde el año 2019 he asumido la presidencia.
Las principales líneas de acción para contrarrestar parte de lo comentado, se basan en la visibilización de Mujeres Ingenieras y de carreras de ingeniería/STEM, de igual manera en promover la igualdad de derechos y oportunidades laborales.
Armar una red de acciones en común entre Unidades Académicas socias de CONFEDI, manteniendo un mayor impacto y no redundar esfuerzos es otra de las actividades a concretar.
En base a estas líneas, se han realizado distintas acciones, y si en algo nos ayudó la pandemia y el aislamiento ha sido en la posibilidad de reunirnos rápidamente sin trasladarnos. Mediante webinarios se han podido compartir experiencias, ideas y estrategias en variados eventos con la posibilidad de interactuar.
Así, desde la CMI, compartí el lanzamiento de los libros de “Matilda y las Mujeres en América Latina 1 y 2”, intervine en ferias de libros, Colegios de Profesionales, fui evaluadora de concursos, moderadora de charlas, realizando disertaciones en Universidades, intervenciones en Congresos, dentro del país y en Latinoamérica. Logrando una experiencia enriquecedora tanto desde lo personal como lo profesional.
Las ediciones de los libros, “Matilda y las Mujeres en Ingeniería en América Latina 1 y 2” hacen la diferencia. Los artículos de los libros son historias asombrosas y variadas de mujeres en ingeniería que cuentan con pasión sus historias, generalmente desde el momento de descubrir la vocación hasta su inserción laboral, con los avatares de la vida, guardan asombrosas similitudes y siempre se encuentra una buena recomendación final incentivando a estudiar carreras de Ingeniería/STEM a niñas y jóvenes.
Posterior a la presentación del libro “Matilda 2” surge la posibilidad de crear la Cátedra Abierta Latinoamericana de Matilda y las Mujeres en Ingeniería (CAL de Matilda), el desafío propuesto prendió de inmediato y en julio de 2020 se anunció el lanzamiento de la CAL de Matilda. Transcurrido un año tiene más de 150 miembros, entre miembros institucionales, individuales e instituciones acompañantes y se lanzó el libro de “Matilda y las Mujeres en Ingeniería 3”.
La Atlántida es miembro Fundador Institucional de la CAL de Matilda, por mi parte soy miembro individual fundador y secretaria general del Comité Ejecutivo. Como detalle superlativo, en este año se nos unió la OEA como Miembro Asesor Regional. Ahora surcamos Latinoamérica con un espacio de reflexión y construcción académico de la mano de la CAL de Matilda. Ampliado el camino, se adquiere mayor competencia y experiencia y mucho más aún, el encuentro de la amistad a la distancia, distancia que parece inexistente ya… es de un valor incalculable.
Es dable aclarar a qué se denomina efecto Matilda: “…a la discriminación y prejuicio que se produce en contra de los logros de las mujeres científicas cuyas aportaciones suelen atribuirse a los hombres”.
Se avanza con convicción, voluntad y esperanza. Siempre acompañamos desde la Facultad de Ingeniería de la Atlántida.
Lo ideal es que la sociedad logre tener otra mirada: romper los paradigmas que existen sobre la forma en que se educan a las niñas y jóvenes y disminuir las brechas de género. Lograr la equidad en el ámbito laboral, considerando la designación en los puestos laborales, según la capacidad y no por una cuestión de género.
Debemos disminuir la brecha de género pensando en la Industria 4.0 donde no debiera haber diferencias en el trabajo hombre-mujer y estar preparados para juntos construir la transformación de la industria, de las empresas enfrentando la automatización.
Pensar en prospectiva, visualizar el escenario deseado, basarnos en el pasado sin anclarnos en él y considerar que la única manera de accionar es en el presente.
Necesitamos del aporte de todos.
Veo, imagino, deseo ver: mujeres y hombres trabajando en conjunción, en pos del cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, para juntos lograr un mundo mejor.
C.C Liliana Rathmann, decana de la Facultad de Ingeniería