En el Día del Psicopedagogo y la Psicopedagoga, desde nuestra universidad destacamos el compromiso, la innovación y la mirada integral de una disciplina que se proyecta en todos los ámbitos de la vida.
«Amo esta profesión, la quiero con todo mi corazón», dice Verónica Berardi, directora de la carrera de Psicopedagogía. Esa declaración, simple y poderosa, da cuenta del vínculo personal y ético que une a quienes eligen este camino profesional con el acto de acompañar a otros en su aprendizaje.
La psicopedagogía trabaja con personas en situación de aprendizaje durante toda la vida. Aprender no es un hecho exclusivo de la infancia ni una tarea reservada al ámbito escolar. «Aprendemos desde que nacemos hasta que nos morimos», afirma María Luz Antonio, graduada de nuestra universidad y actual integrante del equipo de gestión de la carrera. Y esa afirmación resume la amplitud del campo psicopedagógico: primera infancia, adolescencia, adultez, vejez, discapacidad, desafíos subjetivos o sociales—todo escenario vital es también un escenario de aprendizaje.
Aprender en la era digital: entre la oportunidad y la cautela
Uno de los ejes ineludibles de la conversación es la transformación que genera la tecnología y la inteligencia artificial en los procesos de aprendizaje. Ambas especialistas coinciden en que la irrupción de estas herramientas no debe pensarse como una amenaza, sino como un desafío de adaptación y formación.
Berardi plantea que “la inteligencia artificial está instalada en la vida cotidiana y debemos incorporarla en los procesos de enseñanza y aprendizaje”, aunque advierte que todavía no existen estudios concluyentes sobre sus beneficios. Aun así, reconoce su potencial para generar estadísticas, detectar tendencias de aprendizaje e incluso diseñar entornos virtuales de evaluación e intervención.
Antonio, por su parte, propone un enfoque pedagógico: “enemistar a los estudiantes con la tecnología genera una posición innecesaria. Lo importante es que puedan usarla de manera consciente y responsable, integrándola como parte del aprendizaje y no como algo que viene a suplantar el trabajo humano”.
Ambas coinciden en un punto crucial: nada reemplaza a la persona, al vínculo y a la empatía. El brillo en los ojos, la emoción o la angustia de un ser humano son aspectos que la inteligencia artificial no puede interpretar ni contener. Allí se marca el límite ético y humano de la intervención psicopedagógica.
Educación a lo largo de toda la vida
La psicopedagogía se distingue por acompañar procesos de aprendizaje en todas las etapas vitales. En este sentido, la experiencia de María Luz Antonio en talleres de orientación vocacional para adultos mayores refleja un horizonte innovador.
El programa UPAMI, desarrollado en nuestra universidad, le permitió coordinar el taller “Siempre Activo en mi Proyecto Personal”. Según relata, “muchas personas mayores se inscribieron sin saber bien de qué se trataba, pero descubrieron lo necesario que era contar con un espacio para pensarse y proyectarse más allá de la jubilación”.
Para Berardi, el trabajo con adultos mayores también demuestra la potencia de la disciplina: “está comprobado que podemos enlentecer el deterioro cognitivo propio de la vejez y trabajar incluso con enfermedades como el Alzheimer”. Estos aportes muestran cómo la Psicopedagogía trasciende la escuela y se vuelve una herramienta para la salud mental y el bienestar social.
Entre adolescentes, familias y pantallas
Otro de los desafíos actuales tiene que ver con la sobreexposición a las pantallas y el consumo problemático de tecnología. “Todos los excesos son malos. La sobreexposición no ayuda en nada y afecta la atención, la memoria de trabajo y la motricidad”, alerta Berardi.
En el trabajo cotidiano con adolescentes, Antonio remarca la importancia de la creatividad docente para transformar a la tecnología en un recurso pedagógico: “incluir la inteligencia artificial en actividades de aula permite que los estudiantes usen la herramienta, pero también que analicen críticamente lo que devuelve”.
Ambas coinciden en la necesidad de acompañar a las familias para que comprendan que el aprendizaje actual no se da de la misma manera que hace unas décadas. Supervisar los tiempos de uso, orientar sobre los contenidos y fomentar el juego compartido son claves para equilibrar lo digital con la creatividad humana.
Psicopedagogía y mundo del trabajo
El ámbito laboral aparece como uno de los campos más prometedores. “La psicopedagogía laboral nos permite ofrecer mejores capacitaciones y recursos dentro de las empresas, gracias también a la incorporación de tecnología”, señala Berardi.
Esta expansión hacia organizaciones y empresas demuestra la versatilidad de la disciplina y su capacidad para contribuir al desarrollo de competencias en entornos profesionales. En un mundo donde la actualización constante es indispensable, los psicopedagogos y psicopedagogas se convierten en agentes de cambio, innovacion y aprendizaje continuo.
Una formación universitaria con mirada de futuro
Ambas coinciden en destacar el aporte de la Atlántida en el recorrido. Antonio recuerda: “haber estudiado en esta universidad me deja la sensación de una visión siempre actualizada y de futuro, con una formación que invita a innovar desde la profesión”.
Esa vocación de actualización constante se refleja en la propuesta académica, que integra la formación teórica con prácticas innovadoras y el compromiso con el contexto social. En palabras de Berardi, “la formación constante es indispensable para estar atentos a lo nuevo, a la etapa del otro y a lo que sucede en la sociedad”.
Vocación, compromiso y futuro
El Día del Psicopedagogo y la Psicopedagoga es una oportunidad para celebrar una profesión que se fortalece en la medida en que la sociedad enfrenta nuevos desafíos. En la Atlántida reconocemos el compromiso de quienes forman parte de esta comunidad académica y profesional, convencidos de que la Psicopedagogía es clave para promover el derecho a aprender durante toda la vida.
Berardi lo sintetiza en un saludo a colegas: “un saludo enorme a nuestros profesionales de la Atlántida y a quienes abrazamos esta profesión con tanto orgullo y vocación”.
Antonio también comparte un deseo: “espero que disfruten de este día; somos artesanos en nuestras intervenciones y la Psicopedagogía, estoy convencida, es la carrera del futuro”.