Cada 7 de diciembre, se celebra el Día del Licenciado y la Licenciada en Administración, una profesión clave para el desarrollo de organizaciones en un contexto de cambios vertiginosos. Alejandro Musticchio, vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas, destacó que estos profesionales enfrentan una “dinámica de cambio acelerada, inmersos en un escenario de inteligencia artificial, robotización y transformación digital”.
Musticchio explicó que las organizaciones actuales, muchas de ellas consideradas exponenciales por su rápido crecimiento, demandan de los licenciados una combinación de competencias técnicas y habilidades blandas. Este equilibrio es esencial para liderar equipos, gestionar procesos de innovación y diseñar estrategias adaptativas en un mundo donde las reglas del juego cambian constantemente.
Un rol en evolución constante
La profesión de licenciado/a en administración ha evolucionado significativamente en las últimas décadas. Atrás quedó el enfoque exclusivo en las finanzas y los procesos organizacionales tradicionales. Hoy, los desafíos incluyen liderar en un entorno donde la tecnología redefine los modelos de negocio, tomar decisiones basadas en análisis de datos complejos y garantizar que las organizaciones operen bajo principios éticos y de responsabilidad social.
“Las habilidades blandas, como la negociación, el liderazgo y el trabajo en equipo, son más relevantes que nunca, porque permiten gestionar la incertidumbre y conectar con los equipos en tiempos de cambio. A esto se suma el manejo de herramientas digitales, que es indispensable para cualquier profesional que quiera destacarse en el mercado laboral actual”, remarcó Musticchio.
El vicedecano también subrayó la importancia de fomentar el pensamiento crítico y la creatividad para enfrentar problemas complejos y encontrar soluciones disruptivas. Estas capacidades, dijo, “no solo generan valor para las empresas, sino que también contribuyen al desarrollo de sociedades más sostenibles e innovadoras”.
Un marco normativo para la profesión
En Argentina, la Licenciatura en Administración es una profesión regulada y colegiada. Cada provincia cuenta con un Consejo Profesional de Ciencias Económicas que supervisa el ejercicio profesional. A nivel nacional, la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas actúa como organismo coordinador, con el SENADMIN (Consejo Elaborador de Normas de Administración) como su órgano técnico.
En 2018, este organismo emitió la primera norma técnica que regula la actividad, marcando un antes y un después para la profesión. Musticchio, quien forma parte de la mesa directiva del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Buenos Aires, destacó que “esta resolución técnica fue un hito porque formalizó los estándares para la formulación de planes de negocio, aportando mayor profesionalización al campo”.
Diversidad de caminos profesionales
La amplitud del campo laboral es otra de las grandes fortalezas de esta profesión. Desde roles en la alta dirección de empresas hasta el asesoramiento de pequeñas y medianas organizaciones, pasando por el emprendimiento y la consultoría, los licenciados en Administración tienen la capacidad de adaptarse a una variedad de contextos y necesidades.
Según Musticchio, esta flexibilidad es uno de los atributos más valiosos de la carrera: “Los egresados pueden desempeñarse tanto en el ámbito público como en el privado o en el tercer sector, ya sea como líderes de equipos, emprendedores o consultores. Su formación les permite abordar problemáticas desde múltiples perspectivas, con un enfoque integral”.
La Universidad Atlántida acompaña estos desafíos con un plan de estudios que integra herramientas digitales, pensamiento crítico y diseño de escenarios estratégicos. Este enfoque incorpora la perspectiva de futuros disruptivos, una temática transversal a todas las áreas de la institución, promovida desde su Laboratorio de Futuros.
Celebrando el impacto de una profesión clave
En este día del Licenciado y la Licenciada en Administración, la Universidad Atlántida reafirma su compromiso con la formación de profesionales que lideren los cambios del presente y las transformaciones del futuro.
Como concluye Musticchio, “el desafío está en prepararse no solo para gestionar lo que ya conocemos, sino para diseñar futuros disruptivos que nos permitan trascender las fronteras tradicionales del ejercicio profesional”.