En el siglo XXI, el turismo, especialmente después de atravesar la pandemia y vislumbrar una nueva realidad, se nos presenta con fuertes tendencias de renovación e innovación; cambios en los paradigmas, acentuándose el turismo de experiencias. Este panorama exige diseñar y programar una oferta orientada a satisfacer las nuevas necesidades del llamado post turista.
El alojamiento en general, y la hotelería en particular, como subsistema indispensable del sistema turístico, -sin alojamiento no hay turismo- no escapa al panorama planteado, a lo que tendrá que adaptarse, generando nuevos enfoques organizativos, para lo que será necesario nuevas habilidades, destrezas y desarrollo de la creatividad.
Hoy como nunca, en esta era de la transformación, bajo el concepto VICA del mundo: (VOLÁTIL-INCIERTO-COMPLEJO-AMBIGUO) el capital humano es de relevante importancia, con capacidades gerenciales especiales, para poder generar la renovación requerida y gestionar una empresa hotelera, más productiva y competitiva, logrando así su ubicación en el mercado.
La hotelería de hoy deberá proyectarse, paso a paso, hacia la composición de un servicio innovador y con valor experiencial, teniendo como centro las necesidades del nuevo turista.
Si bien sus tres servicios básicos son dormir, la ducha y el desayuno, hoy es imperante que estos tres sean experiencias gratificantes y diferenciales, además de transmitir la plena confianza a pasajeros y empleados, dada por el estricto cumplimiento de la seguridad sanitaria y estándares de higiene que está exigiendo el momento.
Los tres ejes del desarrollo serán: El servicio, el marketing y la tecnología.
Servicio que priorice la calidad de la experiencia, incorporando detalles gratificantes, ¿qué sugieren los pasajeros?, ¿cómo puedo mejorar el servicio? Una música adecuada al recibir al pasajero, atención personalizada, experiencias de bienestar, la oferta de un simple masaje descontracturante, ambientes confortables, son algunos ejemplos; con medidas no tan costosas e imaginación se podría provocar una experiencia que quede grabada en el recuerdo del visitante.
Definido el Servicio, programar el plan de marketing, eligiendo las estrategias y medios más adecuados de acuerdo al mercado identificado.
Tecnología..
No se puede desconocer la transformación digital y definir qué tecnología usar. En la era del conocimiento y la información, la tecnología crea valor a la empresa, pudiendo convertirse en una ventaja competitiva.
Estos tres aspectos están articulados por la capacitación y actualización constante.
La hotelería, junto a la actividad gastronómica y turística en general, ha vivido la peor crisis conocida, pero pensemos en el aspecto positivo: como toda crisis fomenta la creatividad, surgen nuevas ideas, incentiva el desarrollo de la imaginación. A través de su larga historia ha demostrado su poder de adaptación y nuevamente está forzada a hacerlo, se rehabilitará -como lo hará el turismo, porque las personas están ávidas por viajar, de disfrutar de ambientes naturales y de gratificarse con nuevas experiencias- pero no será la misma.
Más accesible, con organización más flexible, respetuosa del medio ambiente, priorizando el bienestar del pasajero y su seguridad sanitaria, valorando y potenciando las capacidades y el desarrollo de su capital humano, sin perder de vista la sustentabilidad.
Los hoteles tienen un papel importante en ofrecer experiencias positivas, pudiendo ser el punto de partida y anticipo del conocer y disfrutar de los atractivos del destino.
Lic. Ema Hormaechea, directora de la carrera de Hotelería en la Atlántida